Españoles: después de contemplar el resultado de la publicación eléctrica del último día, no quedé contento del todo, no; en el anagrama que puse para ilustrar mi experiencia médica parecía que me estaban dando, con perdón, por el culo.
Nada más lejos. Mi honor de Hombre Español sigue completamente intacto; mi hueso púbico, inviolado. Como puede verse en el atrevido anagrama que publico a continuación, lo que en realidad me palparon no fue el ano (como daba a entender el dibujo), sino la próstata. Así que el dedo maligno de la enteradilla lo que hizo fue entrar por el escroto, subir por mi uretra y palpar la próstata directamente, sin necesidad de mancillar mi honor.
Mi más sincero agradecimiento a D. Cosme, sabio y licenciado en veterinaria, por aclararme esta cuestión de la que tanto dependía. ¡Arriba España!
viernes, 18 de mayo de 2007
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