Porque vamos a ver, ¿cuál es la materia prima de la electricidad? Pues nada más y nada menos que los electrones; esos grandes desconocidos. Y por cada electrón hay un neutrón, igual que por cada patrón hay un chófer y por cada Romeo, una Julieta. Esta unión no se consuma nunca, como si se tratara de castos enamorados casaderos; siguen por siempre juntos pero no revueltos en los llamados neutrones.
Qué lecciones nos da la vida, ¿verdad? Pero aún hay más, amigos y Patriotas. Por las conducciones electrificadas corren estas bienaventuradas particulillas para traernos todos los contenidos que tanto disfrutamos: las Verdades de Federcio, las de D. Tomás Rodríguez del Pontón, y las noticias de "La Razón". No pueden, sin embargo, traernos cosas materiales, como por ejemplo la plancha eléctrica de La Razón; ésa tenemos que ir a recogerla nosotros mismos a Correos.
¿No podemos pues equiparar las conexiones informáticas con las gracias del espíritu, que también nos traen bienes inmateriales pero no regalos de carne y hueso? ¿Tan descabellado es suponer que el Internets es una manifestación del mismísimo Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo? Estos derroteros teleológicos los he intentado explorar en compañía del Padre Amancio; pero el pobre está ya mayor y no entiende de estas cosas, y se me duerme a la tercera palabra.
Creo que intentaré recorrer estas profundidades espirituales con el nuevo Sacristán que acaba de llegar para reemplazarlo cuando sea el momento; a pesar de que es un negro, parece muy buena persona y muy entendido, aparte de no despreciar el asunto físico, ya que es muy atlético. Creo que haremos buenas migas.
Hasta el próximo día, ¡Arriba España!
1 comentario:
Joder, Monchito, lo pones a huevo. No te conformas con que te de lo tuyo por detrás tu amo, que ahora te has buscado un negrata, famosos por el tamaño de su rabo.
Y luego dirá el felipito que vuestra relación es casta y pura. Sí, y yo jugaba al Monopoly con Lady Di...
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