En este mundo moderno, a menudo nos enfrentamos a mensajes en chino como el que corto-y-confecciono arriba: algo que parecería que un ser maligno (sin duda de raza oriental) ha pergeñado para torturarnos. En ese momento probablemente nos dará por pulsar botones al azar, llevados por la desesperación, y finalmente estrellar el mando a distancia contra la pantalla; sólo para ver las pilas volar sin ningún resultado contra el aparato diabólico.
Españoles: esta actitud es, aunque loable, contraproducente. Entre mis muchos conocidos del Círculo no hay ni uno que sepa cómo funciona, no ya un televisor, sino una simple radio de galena. ¡Necesitamos Patriotas que dominen la Técnica! ¡Que distingan un tiristor de un lez, o una condensación de una bombilla! Por eso, a partir de hoy Moncho de la Muela (pseudónimo), mi secretario personal y chófer, nos deleitará con unas pantallas sobre Electromagnetismo aplicado.
Con un poco de suerte, este Renacer nos llevará de nuevo a las alturas de ese momento cumbre en la Computación Española: el mini-computador Dragón. Henchido de orgullo, entono un ¡Arriba España! cibernético.
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